RESTAURANDO LA MERKEL MINERVA

En este artículo os voy a mostrar todo lo que hube de hacer para devolver a esta preciosa Merkel Minerva a una existencia digna. El como me hice con ella y sus características y fotos (una vez restaurada) lo podéis consultar en su propio artículo.

Esta cámara había sufrido mucho. Por su estado cuando me llegó sólo puedo aventurar que se pasó muchos años (incluso décadas) desplegada en algún sitio en el que además le iba dando el sol. Fue acumulando polvo y mugre a la par que algún que otro golpe. Aún así había aguantado lo suficiente como para que una restauración fuera posible y mereciera la pena. Fue por ello que me hice con ella por un precio casi simbólico.

Así es como pintaba el aparato cuando me llegó:

Los problemas de los que adolecía:

- Llena de polvo y mugre.
- Todas las partes de latón picadas y/ o ennegrecidas.
- Fuelle agrietado en varios puntos.
- Visor de cintura desaparecido.
- Estandarte "descarrilado" y atascado (había que inserta el estandarte en el carril desde alante)
- Aguja de ajuste de enfoques deformada
- Lente plagada de hongos
- Conjunto de cristal de enfoque trasero totalmente desvencijado.
- Varios tornillos perdidos.

Pero bueno, como dicho le veía futuro ya que lo elementos esenciales estaban debajo de toda esa mugre, aunque realmente me preocupara el fuelle y el visor.

Al ser los elementos metálicos de latón puro (lo comprobé comprobando que no se pegaba ninguno a un imán), estos se podían pulir para deveolverles su brillo original. En un primer intento (para probar) pasé la pulidora por uno de los carriles, aunque el resultado no fue satisfactorio. Visto lo visto, si quería devolverle la vida a este aparato, me iba a tocar desmontalo y limpiarlo completamente. Por suerte todos los elementos de latón en esta cámara están atornilados, no remachados, por lo que extraerlos sería relativamente sencillo (siempre y cuando no se rompiera un tornillo en el intento y se quedara dentro).

Primer intento (no satisfactorio)
con pulidora

Claro, que antes de meterme a desguazar el aparato entero, había de asegurarme un porcentaje alto de éxito en el abrillantado.
Para ello desmonté de prueba la parte que me parecía más accesible para ir probando: las sujecciones del asa de cuero.

Primera pieza desmontada: el asa.

Primero probé con una espuma que tenía en casa para limpiar metales preciosos (y que funciona también con el cobre) y, aunque el tratamiento tenía mejor pinta, no podíamos hablar de brillo.
En este punto me ayudé de internet y casi siempre acababa en el mismo procedimiento "casero": vinagre. Así que me decidí a probar. Para ello empleé ácido acético concentrado (esencia de vinagre, lo llaman, que hay que diluir en 4 partes de agua para siquiera poder probarlo sin abrasarse la lengua) con algo de sal común. Pues el adorno del asa dentro por una hora y luego lo limpié con agua y lo sequé.
En principio mi gozo en un pozo, pues de nuevo parecía limpio pero desde luego no brillante. Así que me fui al supermercado a buscar un limpiametales para latón, y encontré uno (no había más para elegir).

El bálsamo de Fierabrás.
Pero seguramente sirva cualquier otro similar.

Lo apliqué al adorno que aún no había sumergido en ningún químico, y tras mucho frotar...el resultado fue de nuevo decepcionante.

Pero lo siguiente fue probar la pasta limpiametales en el adorno "tratado" en acético y, tras poco frotar, relució como pepita de oro del Klondike. Ya lo tenía! El doble tratamiento daba los resultados deseados. De alguna manera el acético reblandecía la capa de mugre y la pasta limpiametales hacía el resto.

Las 3 pruebas del algodón, de izquierda a derecha:
Estado original / Tras el baño de acético / Tras el baño y el limpiametales.

Ahora que ya tenía un método efectivo para devolverle el brillo al latón, podía empezar a desmontar sus elementos, que no eran pocos.
Normalmente para ello me meto en mi "taller" pero en esta ocasión utilicé el salón como sala de operaciones, empleando como superficie el ordenador portátil desde el que estoy tecleando ahora (cerrado, claro) cubierto por una hora de papel A3 blanca.
Las herramientas principales empleadas fueron destornilladores de relojero (o precisión) de varios tamaños de cabeza plana (de estrella para un par de tornillos que reemplacé). Además de eso, unos alicates pequeños. En todo el proceso completo desmontaje/limpieza/montaje invertí en dos días unas 5 - 6 horas, lo cual no es relativamente mucho. Cualquiera podría relizar esta restauración sin grandes problemas. La mayor precaución que tomé fue reservar e identificar todos los tornillos pues muchos eran de tamaños diferentes. para ello los pegaba por grupos en un trozo de papel con celofán a la vez que escribía en el papel a qué elemento desatornillado pertenecían. No los conté pero sacaría fácilmente más de 50 tornillos, así que luego no saber dónde iba cada uno estab garantizado caso de no tenerlos debidamente identificados.
Al ser los tornillos de latón se podían limpiar del mismo modo, solo que debido a su muy muy reducido tamaño iba a ser una tarea titánica, así que depués de un intento con los 8 primeros tornillos que retiré (los del asa) decidí que se quedaran como estaban, que tampoco se notarían tanto en todo el conjunto.
Así pues comenzé a despiezar el aparato. Comencé con la generosa placa de latón de la tapa delantera, así como todas las piezas de dicha tapa, antes de proceder a desengancharla de la caja de la cámara. Preparé un baño de acético concentrado con sal en un recipiente grande y me preparé una primera ronda de piezas que meter dentro. Mientras el vinagre fuera haciendo efecto, iría restirando el resto de piezas.

Tapa delantera retirada Tope del enfoque Carriles y guías

Cubierta del eje
del carril extensible

Para poder acceder a las piezas que se atornillaban a la caja, había de retirar el conjunto objetivo/obturador. Este va enroscado de desde atrás con un anillo (se ve por dentro del fuelle) y para desenroscarlo hace falta una herramienta de 4 puntas que por desgracia no tengo. Se puede desenroscar aún así haciendo presión con un destornillador que quepa en uno de las 4 muescas del anillo, aunque es bastante complicado.
Una vez retirado el anillo, el conjunto estandarte-portaestandarte sale solo, pues está sujeto al fuelle por la presión ejercida por el propio obturador con el anillo de las 4 muescas. Para toda esta operación no es necesario retirar ninguno de los grupo opticos (aunque en la siguiente foto veáis al trasero desenroscado).
Los elemtos ópticos se pueden desenroscar para limpiarlos por dentro y fuera. En objetivos sin tratamientos antireflejos, como serán todos los preguerra (con excepciones casi legendarias) podréis ulilizar simplemente toallitas limpiagafas para esta operación, sin temor a cargaros algo.

Compur desmontado Compur por delante y detrás.
Detrás se aprecia el anillo (negro)
con las 4 muescas N/S/E/O.

Con el obturador desmontado, el conjuto estandarte/portaestandarte sale solo.

En esta fotografía podéis comprobar el estado en el que se encontraba el fuelle, aunque parte del destrozo fue "culpa" mía al desmontar el obturador. El forro rojo estaba tan debilitado por años abierto en condiciones adversas que simplemente se deshacía con casi mirarlo.

Ahora ya podía atacar a la sujección de la tapa frontal con la caja. Retiré las guías laterales y el carril de reposo del estandarte dentro de la caja.

Soportes laterales y carril de la caja.
Veis un ejemplo de tornillos "clasificados" (no os esforcéis en descifrar mi letra, yo ya me entiendo...).

Antes de acabar de desmontar la tapa me planteé qué hacer con el fuelle. Fabricar un fuelle nuevo no entraba en mis planes ya que aunque conozca la teoría, nunca he fabricado uno. Otra opción era ponerle un fuelle de igual formato de otra cámara, pero este fuelle iba a tener que ser negro, por lo que le ahorré la mutilación al aparato que le fuera a tocar.
Al final la solución fue "salomónica". La Minerva conservaría su fuelle original, pero dado 180° la vuelta. De esta manera la parte más desmenuzada, que era la superior, quedaría por debajo del obturador con lo que sería virtualmente invisible. Por supuesto, habría un lateral que se vería dañano, solo que ahora en lugar del lateral izquierdo, sería el derecho.
El fuelle va pegado a la caja, por lo que tras casi un siglo es bastante fácil despegarlo sin que resulte dañado en este punto. Simplemente hay que buscar una primera hendidura y luego con uno de los dstornilladores de relojero ir "rascando" hasta que sale todo.
Tras despegar el fuelle retiré las bisagras que unen la tapa a la caja.

Ahora ya simplemente quedaba retirar el resto de partes de latón de la caja.

El botón para abrir la tapa. El embellecedor de la base y
la protección de la rosca inferior

Las guías del cristal de enfoque/portaplacas El seguro del cristal de enfoque/portaplacas

Así iba pareciendo la autopsia hasta el momento. Puede parecer caótivo, pero yo ya me entendía:

Ahora le tocaba al conjunto del cristal de enfoque. Estaba totalmente despegado, desgarrado y desmontado. Retiré los tornillos del marco principal de soporte de latón. Por suerte el propio crsiatal estaba muy sucio pero intacto. Lo limpié con limpiacristales y como nuevo.

Ya estaban todas las piezas de latón desmontadas. Bueno, me dejé de hecho el soporte interno de la rosca, pero al ser una parte no visible tampoco le di en este caso gran importancia.
En la foto de abajo se puede apreciar bastante bien lo descoloridas, picadas y mugrientas que estaba todas las piezas. Antes os he comentado que hice la prueba del imán con (todas!) las piezas, ya que el latón puro no es magnético. Caso de no haberlo sido, el tratamiento con acético podría haber sido contraproducente, así que en estos casos en mejor asegurarse. El latón brilla por sí mismo como el oro cuando está pulido, por lo que no se trataba de un "golfil" que se marchara caso de pulir, abrillantar o atacar su superficie.
Ah, también retiré el estandarte del portaestandarte, aunque no lo recogí en ninguna foto.

Como os dije antes, hice el baño en acético en dos tandas, intentado que la piezas no se tocaran entre sí en la medida de lo posible para evitar zonas en las que no actuara bien el "ácido". Las piezas debían quedar sumergidas completamente y las tuve durante algo más de una hora en cada caso, aunque también se podrían haber pasado toda la noche.

Tras esto, las fui sacando una a una y enjuagándolas bajo el grifo. Tras secarlas le tocaba el turno a la pasta mágica, que aplicaba frotándosela con un paño limpio y seco de microfibra. El pañse quedaba inmediatamente negro en la zona de contacto, y la pieza se quedana inmediatamente brillante. La primera pieza en brillar (tras los soportes del asa) fue la placa delantera de la tapa, que fue también la primera pieza que desmonté (sí, tras el asa).
Se ve que la superficie aún tiene cicatrices de guerra, pero quitarlas implicaría un tratamiento y/o pulido más agresivo, que en este momento no consideraba necesario. Aparte de eso la placa brillaba como nueva!

Ahora le tocaba el turno al resto de piezas, Al final daba gusto ver el resultado. (Comparad sino con las piezas en un par de fotos más arriba). Las piezas grande como la tapa frontal y el estandarte tenían como una especia de laca encima que me tocó retirar con una cuchilla "afeitándolas".
Ahora se podían distinguir en varias piezas un número de control estampado, para identificar todas las pertenecientes a un mismo aparato. El montaje de esta cámara era totalmente manual.


Aquí se aprecian dos números de control estampados.

Por supuesto, también me tocó limpiar la caja. Primero le quité todo el polvo y luego simplemente la limpié en profundidad con limpiamuebles. La madera (tropical!) por suerte estaba en muy busnas condiciones y no consideré necesario barnizar de nuevo ni aplicarle ungüentos especiales (como betún de judea). En uno de los links que incluyo como referencia en la página de la Minerva, vemos el resultado de alguien que sí lo hizo (o con una substancia parecida) con lo que la caja tomaba un color bastante más oscuro.

Con la caja ya limpia y el latón brillante, primero tocó reconstruir el conjunto del cristal de enfoque. Dado que la tela de sujección estaba desgarrada en varios puntos, no quedó perfecta pero sí decente y utilizable.

Ahora repegé (boca abajo) el fuelle con cola contacto (de zapatero) y empezé a atornillar de nuevo varios elementos a la caja.

De nuevo la evolución del trabajo hasta el momento. Aproveché durante el montaje para ir reponiendo tornillos perdidos, aunque no iban a poder ser de latón. Siempre intento reservarme tornillos de pequeño tamaño de cualquier cosa que desmonte (también modernas) para casos como este.

Aquí tenéis una clara comparación del antes/después. En medio del carril interno de la caja veis el soporte de la rosca que no retiré. La limpié sólo con la pasta abrillantadora, por lo que se puede ver la diferencia de resultados. Hay un método para limpiar esta pieza con el acético sin retirarla, empleando una pasta con harina, pero no me quise liar tanto.

Continuamos atornillado piezas...

Y la recta final! una vez seco el pegamento del fuelle, y atornilladas todas las piezas, tocaba recolocar el portaestandarte (aproveché para enderezar la aguja indicadora del enfoque) y enroscarle el obturador...lista!!


Ahora la cámara ya estaba terminada, pero le seguía faltando el visor de cintura. Tengo por ahí alguno suelto, pero este es un elemenot que variaba y era característico de cada fabricante, así que iba a ser complicado encontrar uno que entrara exactamente en ese agujero y quedara bien.
En esto, me puse a revisar mi cámaras de placas "exiliadas" que no guardo en vitrinas por (desgraciadamente) falta de espacio. Entre ellas salieron dos posibles candidatas a dobación, pero una de ellas parecía espcialmente compatible. Se trataba de una cámara de la que (he de admitir) ya ni me acordaba pues la edité hace una década y entonces clasifiqué como "Beier Lotte". Aunque es posible que esta cámara de hecho lo sea (he de volver a ponerme con el tema) la asombrosa coincidencia con algunos elementos de la Minerva y el hecho de que el visor de la una cupiera en la otra como un guante, me hizo pensar que ambas cámaras provenían del mismo fabricante. Un análisis en esta dirección me reveló que la Beier era "también" una cámara "Tak" de Merkel, tal y como la denominaron en Francia (en Alemania puede que se llamara diferente, quizás la Elite o una Triumph). Posiblemente la cámara la fabricó Merkel y la comercializó Beier bajo marca propia, y no al revés. O quizás sea solo una Merkel, ya que el aparato de nuevo carece completamente de logotipos.

El caso es que el visor le quedaba genial (aunque fuera negro) y ya que a la Minerva la iba a colocar en la vitrina y a la Tak no (lo siento!) hubo de convertirse en donadora forzosa de piezas para su hermana brillante.

La donante:
Beier Lotte / Merkel Tak
El visor de la Tak
transplantado a la Minerva

Pero la "mala suerte" de la Tak no quedaba ahí. Ambas cámara eran contemporáneas y equipaban exactamente el mismo obturador Compur (excepto por un detalle sin influencia) y eran de igual formato. Me pensé en cambiarles así el Compur, ya que el de la Tak estaba mucho más cuidado, pero como el de ambas funcionaba, los dejé como estaban. Lo que sí transplanté fue la óptica.
El Eurynar de la Minerva estaba invadido por hongos bastante grandes, mientras que el Selar de la tak tenía algún puntito pero nada en comparación con la otra óptica. Ambas eran sistemas doble anastigmáticos de potencia 1:4,5 aunque el Eurynar tenía una focal de 135mm el Selar de 150mm. Esto sin embargo no afecta a la imagen más que ésta se ve algo más grande en el cristal de enfoque (de luego en el negativo).
Así pues sustituí los dos elementos de la óptica.

Podría incluso haberles transplantado el fuelle, ya que el del Tak está impoluto y de seguro encaja perfectamente, pero no quería torturar más a la probre Tak y además la Minerva con fuelle negro habría deslucido mucho. Si algún dúia consigo un fuelle rojo para 9x12 (a veces los venden) es posible que sí lo sustituya.

El resultado final.
Ahora ya puede lucir en la vitrina!

Por supuesto, podéis ver las fotos del ma Merkel en todo su explendor en su artículo principal.
Ha sido sin duda una restauración muy satisfactoria, ya que lo resultados son extraordinariamente visibles. Y además me he hecho con la (de momento) única cámara tropical de mi colección por muy poco dinero y mucha diversión!


Daniel Sánchez Torres

Primera edición: 05.03.2020

Última edición: 05.03.2020


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