Voigtländer Superb
Fecha de adquisición | 22.11.16 |
Lugar + Fecha de Fabricación | Braunschweig (Alemania), 1933-1939 |
Número de serie | E235846 |
Visor/Número de serie | Voigtländer Anastigmat Helomar 1:3,5 f=7,5cm/850725 |
Objetivo/Número de serie | Voigtländer Anastigmat Skopar 1:3,5 f=7,5cm/863397 |
Obturador/Número de serie | 0-Ring Compur (-/250,B,T)/2634051 |
Tipo y dimensiones negativo | Rollo 120 (B2-8)/ 6x6cm / 12 tomas |
Referencia Kadlubeck | VOL1450A |
En la década de 1930, Voigtländer ya estaba más que establecido como uno de los más reputados fabricantes alemanes de cámaras y objetivos fotográficos, y debieron de tirarse bien de los pelos cuando dos de sus extrabajadores (Franke y Heidecke) comercializaron con éxito en 1929 la Rolleiflex (tras varios prototipos a partir de la vivisección de una Rolleidoscop); una de las cámaras más revolucionarias del momento: el concepto reflex TLR para rollo fotográfico. La Rolleiflex no era de hecho la primera cámara reflex, pero sí la primera que combinaba de manera magistral el concepto "Twin Lens Reflex" y el rollo fotográfico.
Era un nicho recién abierto y que otros productores (esencialmente germanos) no tardaron en intentar aprovechar. Así pues poco tiempo tras el nacimiento de la Rolleiflex y siguendo la estela del éxito de las Rolleiflex Standard a partir de 1932, vieron la luz por ejemplo las Foth Flex, Zeiss Ikon Ikoflex/Contaflex y las Welta Perfekta/Superfekta. Vogtländer no se quedó atrás y dispuso toda su maquinaria a trabajar para contrarestar el empuje de las cámaras de su vecino de Braunschweig. Así pues y siguiendo dos desarrollos y equipos diferentes, nacieron primero las Brillant en 1932 (y con ellas un nuevo concepto de cámara: las "pseudo-TLR") pilotadas por Karl Pritschow en Braunschweig, y en 1933 las Superb del afamado Árpád Barényi desde Berlín, que a su vez fue el encargado de otras Voigländer míticas como la Prominent, o la Virtus y que además invirtió gran cantidad de trabajo en el obturador central "Turbo" que había de convertirse en el obturador propio de la casa Voigtländer hasta que problemas (en teoría no insalvables) de patentes con los Compur de Deckel, dieron al traste con el proyecto.
Y de hecho desarrollar esas cámaras "alternativas" no era sencillo. En Alemania se llevaba ya el tema de las patentes muy en serio (al contrario que, por ejemplo, en la vecina Rusia) y el combo Franke/Heidecke ya se había preocupado de proteger hasta el último detalle protegible de sus nuevos aparatos. Así pues, las otras TLR mencionadas no son en absoluto copias de las Rolleiflex, sino que son realmente conceptos diferentes en muchos aspectos; lo que las hace realmente tan fascinantes.
Había elementos en los que Rollei no era dueño de la patente, como el visor reflex o la disposición de los objetivos. De hecho incluso Voigtländer ya había hecho uso de algunos tecnicismos Rollei incluso antes de que existiera la nueva empresa. El caso más representarivo de técnica protegida por patente era el modo de desplazar ambos objetivos para lograr el enfoque, que es una de las cosas que define a una cámara TLR.
Debido a ésto, Voigtländer tuvo que hacer un spagat para acomodar al rollo fotográfico. Ese tema estaba en disputa con Rollei y con el resultado final de que Rollei no tenía el derecho exclusivo a colocar dicho rollo de manera vertical como lo hacían. Pero la resolución llegó demasiado tarde para la Superb, que ante el incierto desenlace del litigio hubo de decicirse por una colocación horizontal del rollo , lo cual hizo que la cámara creciera necesariamente en anchura dotándola de sus características "columnas" laterales. Así pues esta apariencia de la Superb no fue por motivos innovadores o caprichosos sino por temor a posibles retiradas del producto por temas legales.
Si miramos los planos en las patentes de la Superb, podemos apreciar que la cámara dispone de sitio más que sufiente para colocar el rollo como en las Rolleiflex y de hecho en una de las primeras patentes que solicitó Barényi (la 647409, que fue de las últimas en concederse) se utilizaba este espacio "muerto" como "maletero" para colocar un rollo de reserva, idea que por lo que podemos comprobar fue desestimada poco más tarde.
Esa Superb Original de la primera patente también incorporaba una rueda de grandes dimensiones al estilo de las utilizadas en otras de las cámaras de Barényi (Virtus, Inos II, Prominent, Perkeo) y que igualmente se descartó en la versión definitiva. Son cosas que nos hacen pensar que la idea original de la Superb contaba con una disposición vertical del rollo como las Rolleiflex, y que posiblemente a mitad del desarrollo la dirección de Voigtländer echara el freno de mano a esa configuración por el citado temor a una resolución judicial que hiciera retirar a todas las cámaras del mercado (más una multa) por violación de patentes Rollei.
Con ello, Voigtländer habría optado por una colocación del rollo menos natural y más complicada (que condicionaría con ella la introducción de una palanca de paso de foto poco efectiva) para curarse en salud. Al final no le habría hecho falta, pero era o bien eso o retrasar el proyecto quizás incluso varios años hasta la resolución del litigio.
Entonces nos surgiría la pregunta: ¿Por qué tantos quebraderos de cabeza con la Superb y en la contemporánea Brillant de la misma casa, desde un principio se colocó el rollo como en las Rollei? Pues bien, Voigtländer fue el primero en seguir la estela de las Rolleiflex y en 1931, poco después de la comercialización de las Rollei, ya estaba tanto la construcción como la maquinaria necesaria terminada para fabricar las Brillant, que se comercializaría a partir de 1932. Aunque esta cámara tiene una clara semejanza con las Rollei, el concepto era diferente. Como comentado, el equipo del jefe de construcción de Voigtländer Karl Pritschow desarrolló un aparato de cajón y rollo en torno a un visor "brillante" (como era común en cámaras de plegables") pero "sobrealimentado". De esta manera se pretendía por un lado evitar precisamente problemas legales con las Rolleiflex (aunque el visor reflex no era invención Rollei, Voigtländer hubo de replantearlo para evitar conflictos, chatarreando en el proceso maquinaria que ya tenían lista para su producción) y de paso se abarataban costes y se ofrecía un nuevo concepto con un visor mucho más claro que el ofrecido con el cristal translúcido de las cámaras reflex (con el inconveniente, claro, que el visor de la brillant no servía para enfocar, sino sólo para encuadrar).
Esto no fue suficiente, y en cuanto Voigtländer comercializó las Brillant (que además colocaban el rollo como en las Rollei), Franke & Heideke les pusieron una demanda por la violación de dos modelos de utilización (D.R.G.M. 1053029 y D.R.G.M. 1051039) de sus cámaras reflex. Uno de ellos trataba precisamente de la colocación del rollo.
Esta colocación no estaba protegida por una patente en sí (D.R.P.) al efectivamente no ser nada realmente nuevo sino como mucho una mera innvación. Tanto Rollei como Voigtländer posiblemente sabían que la demanda no saldría adelante, pero con ella Rollei buscaría ganar tiempo para que su nueva cámara ganara mercado impidiendo a competidores que lanzaran algo similar al mismo tiempo, como era en este caso la Brillant.
Y la verdad es que lo consiguieron. La demanda se resolvió en 1933 a favor de Voigtländer, por lo que la Brillant pudo seguir fabricándose con la colocación "tradicional" del rollo. Esta resolución judicial abría igualmente la puerta a otros muchos posibles fabricantes de TLRs entre los que se incluía la propia Superb pero, como contado, para ella llegó tarde la decisión pues ya estaba desarrollada y lanzada con la disposición horizontal del rollo.
Modificar la Superb para recolocar el rollo habría supuesto un gasto enorme (desarrollo, maquinaria, comercialización...) así que se quedó para siempre tan musculosa como nació.
Para completar la historia, comentar que Voigtländer presentó en su defensa variada documentación que demostraba que la disposición del rollo fotográfico tal y como lo hacían las Rolleiflex no era tan sólo algo lógico (aprovechando los espacios muertos de la consrucción de cajón) sino que era algo que ya estaba inventado y pantentado desde hacía décadas. Efectivamente, no sólo los americanos (con Eastman a la cabeza con por ejemplo desde 1895 con sus Kodak Pocket) utilizaban esta disposición, sino que era casi tan antígua como el propio rollo fotográfico. Así pues, ya en 1889 los alemanes Leisser y Steub habían registrado la patente de una cámara de cajón para rollo fotográfico (D.R.P 51089) con precisamente esa disposición del rollo (¡4 décadas antes que Rollei!) y el también alemán Ludwig Neumeyer en 1898 registró la patente de una cámara reflex de para rollo (D.R.P 102006).
Y no solo eso, por supuesto. Ya existían multitud de cámaras de cajón desde hacía décadas tanto en el extranjero (como las numerosas Brownie) como en la propia alemania (Ernemann Film K, Goerz Box Tengor (y sus sucesoras Zeiss Ikon), Ihagee Roll-Paff o las más recientes Agfa Box, por ejemplo).
Con todo ese material, era casi claro que Rollei no podía ganar la batalla legal, pero como mencionado, el pleito sirvió al propósito de darle tiempo a las Rolleiflex a cibrir el nuvo nicho y de paso provocaron el cambio técnico-morfológico de las Superb. Otros productores esperaron tácticamente a ver cómo se resolvia el litigio y una vez sucedido esto, a partir de 1933 empezaron a florecer otras cámaras que hacían uso del concepto TLR aunque hubieran de amoldarse al hueco que dejaban libre las patentes sí vigentes de Rollei. Aún así, las primeras Ikoflex de Zeiss Ikon (1935) también presentan la disposición horizontal del rollo, lo que podría ser debido al mismo tema que la Superb, solo que en éste caso Zeiss Ikon sí que rectificó y modificó sus Ikoflex a partir de 1936-37 con el rollo en vertical.
Voigtländer quiso con su Superb sacar al mercado una cámara más capaz que la Rolleiflex por un menor precio. Y la verdad es que lo consiguieron (la Rolleiflex Standard se vendía por 198.- RM y la Superb por 167.- RM), pero el éxito de las Rolleiflex (poco después las Rolleicord) y quizás la complejidad de la propia Superb hicieron que el público se decantara por la "original". Así pues la Superb sólo se vendieron (contando 3 variantes) de 1933 a 1939 unos 30.000 ejemplares, mientras de en el mismo período de tiempo Rollei vendió más del triple de aparatos. Quizás por eso también sean hoy en día más buscadas (y por lo tanto más caras) las Superb en comparación con sus equivalentes Rolleiflex.
De hecho, las Superb eran algo más baratas que las Rolleiflex, pero ambas entraban en la categoría del sector medio-alto por lo que la ventaja económica no tenía casi peso a la hora de la compra (como ejemplo, las Foth Flex costaban menos de la mitad que una Rolleiflex, una Superb o una Ontoflex francesa).
En el otro extremo, las Contaflex llegaron a costar hasta 5 veces más que una Rolleiflex; una cámara sólo para profesionales y élites! A "nivel" Rolleiflex, Zeiss Ikon ofreció las Ikoflex.
Su producción terminó en 1939 posiblemente además de por su relativo escaso éxito, condicionada por el comienzo de la II Guerra Mundial, tras el que muchas empresas fueron reconvertidas paulatinamente al sector bélico y la escasez de materiales y el bajón general de la demanda afectaron mortalmente a esta industria.
De las tres variantes Superb antes mencionadas, dispongo de uno de los ejemplares de primera hornada, producidos entre 1933 y 1934. Se caracteriza por las sujecciones laterales para el asa de transportes (denominadas "orejas"). Estos primero ejemplares siempre estaban equipados con un objetivo Voigtländer Skopar, aunque es posible que alguno de los últimos (de esta primera serie) también se montaran con Heliar.
La segunda hornada de Superbs (o "modelo de transición") cambiaba sus "orejas" por unas sujecciones móviles, con la posibilidad de equipar Skopar o Heliar. Estuvo a la venta de 1934 a 1935.
La tercera variante a partir de 1936 y hasta 1939 (en realidad el segundo modelo atendiendo a que la anterior fue sólo de paso desde la primera) disponía además de un marco abatible "Sport" incluído en el capuchón superior delantero del visor.
Tras la guerra, Voigtländer jugó con la posibilidad de un renacimiento de la Superb. De hecho fabricaron varios prototipos, uno de los cuales disponía de frontales intercambiables (visor + objetivo); todo un avance teniendo en cuenta que hasta el momento sólo las Contaflex ofrecían objetivos (que no visores) intercambiables. Por el tema que fuera, Voigtländer desafortunademente no sacó adelante el proyecto que no vería nada parecido hasta las TLR de Mamiya desde 1957.
El único prototipo conocido de frontales intercambiables se subastó en Colonia en el 2002 por 7.200€. De seguro hoy en día vale varios múltiplos de esa cantidad.
La mayor baza de la Superb, y a la que Voigtländer se ocupaba de darle buena publicidad, era que el visor era mucho más preciso que el de la Rolleiflex. ¿Y cómo era ésto posible? Pues porque Voigtländer incorporó un ingenioso y complejo sistema de corrección de paralaje. El visor TLR de las Rolleiflex (que como ya dicho, no era nada nuevo) ofrecia casi la misma imagen que la que se obtenía en el negativo; y ese era el punto fuerte de las Superb, que el "casi" se eliminaba.
Aunque el visor TLR "normal" fuera uno de los más exactos, no lo era del todo debido precisamente al error de paralaje. Al no estar ambos conjuntos ópticos (visor/objetivo) en exactamente el mismo plano (como sí pasa en un sistema SLR - con un sólo objetivo, claro), sí que existía un diferencia entre la imagen del visor y la del negativo (error de paralaje) que crecía a menor fuera la distancia al objeto a fotografiar.
Con el nuevo sistema de la Superb, el objetivo del visor TLR se iba inclinando hacia adelante automáticamente al enfocar la cámara a un punto más cercano (y al revés) por lo que la coincidencia de la imagen vista y fotografiada era mucho más exacta (sin eliminar aún al 100% el error de paralaje, cosa que sólo se consigue con el citado visor SLR). Ninguna otra cámara TLR ofrecía tal refinamiento. Barényi desarrolló algo parecido para el visor de la cámara plegable Virtus.
El cuerpo de la cámara está acabado en alumino mecanizado y las portezuelas traseras (dos debido al tema de la colocación especial del rollo) son de chapa. Todo el conjunto, forrado en cuero genuino, pesa unos 650 gramos sin película.
El obturador presenta otra de las peculiaridades de la cámara. Es casi seguro que ésta habría equipado al Turbo de la propia Voigtländer si no hubieran cancelado el proyecto, pero al final hubieron de montarle un Compur de propia casa Deckel que había defenestrado al Turbo. Lo curioso de este Compur es que los números que indican la velocidad de disparo ¡están inscritos al revés! Algo así como la inscripción frontal de una ambulancia, debido a que la velocidad se puede leer sin tener que andar girando la cámara, gracias a un pequeño prisma abatible de espejo sujeto al obturador (la lectura es extraordinariamente clara). Por lo demás es un Compur como los que se podrían equipar en otras cámaras del momento, siendo entonces uno de los mejores obturadores centrales que existían. Con maquinaria de relojería, precisa de ser tensionado previo a su disparo y ofrece una velocidad máxima de 1/250s. Su número de serie 2634051 nos indica que habría sido producido en 1933/34, lo que es concordante con las fechas de producción de esta Superb.
No era raro que Deckel construyera obturadores estandard modificando algunos de sus elementos para ajustarlos a cámaras específicas. En el caso del Compur de la Superb, aparte de la grafía invertida de las velocidades de obturación y debido a la localización de la palanca de enfoque donde tradicionalmente se montaba el dial de selección de diafragmas, hubo que mover dicho selector a un lateral entre los dos objetivos TLR. Este dial abre y cierra el diafragma de 10 palas
El enfoque de distancias (y la corrección automática de paralaje) se realiza desplazando la palanca sita en la parte inferior del obturador, por la cual ambos objetivos se mueven al unísono (el del visor gracias un sistema de anillos helicoidales inversos) y la distancia elegida viene marcada con una escala en la parte superior del objetivo del visor, por lo que se puede leer cómodamente dicha distancia sin cambiar la cámara de posición mientras se realizan el resto de ajustes. El objetivo del visor es siempre un anastigmático Helomar 1:3,5/75 de tres lentes (que por lo visto es un Voigtar renombrado). Girando su anillo dentado externo también se puede realizar el enfoque. Su número de serie 850725 apunta a una fabricación en 1934.
El objetivo para iluminar el objetivo es un Skopar 1:3,5/75mm. Se trata de un grupo óptico de 4 lentes en 3 grupos basado en el Tessar de Zeiss Ikon una vez que caducó la patente de éste. Fue uno de los caballos de batalla (en el departamento de óptica) de la Voigtländer y se montó en sus muchos aparatos del sector medio y medio-alto hasta el final de los días de la empresa. A partir del segundo modelo (o de transición) la cámara se podía equipar igualmente con un Heliar de 5 lentes, a un precio más elevado. Su número de serie 863397 apunta a 1934 como año de fabricación, igual que el Helomar del visor.
Como he mencionado y debido a la disposición horizontal de la película dentro de la cámara, no se podía emplear una palanca como en la Rolleiflex para el paso de la foto (que además estaba patentada desde su inclusión por primera vez en la Rolleiflex 4x4 y poco después en la Rolleiflex Standard) y tampoco una simple rueda en el eje como las Rolleicord u otras cámaras de rollo.
Así pues, en la Superb se incorporó para el paso de foto también una palanca, pero situada encima del eje que soportaba al canuto de recogida de la película. A diferencia de la palanca Rolleiflex, que había que girar hasta un tope quedando el negativo preparado, en la Superb había que empujar varias veces la palanca (debido a su mucho menor recorrido) hasta lograr pasar los 6cm y poco necesarios para situar al nuevo negativo en el plano focal. La palanca pues se debía accionar tantas veces como fuera necesario hasta que el número de la siguiente fotografía apareciera en el contador automático de la parte superior trasera de la cámara (que no corre al accionar la palanca, sino al moverse una rueda interna que está en contacto con la película).
Voigtländer avisaba que en situaciones de poca luz en las que no se pudiera distinguir el contador con claridad y/o para ahorrar tiempo, se accionara la palanca 7 veces, con lo que se estaba al 100% seguro que la anterior fotografía había sido retirada del plano focal. De esta manera se perdía algo de espacio entre fotos con lo que en un rollo B-2 (rollo 120) se iluminaban 11 negativos 6x6 y no los 12 que llegaba a dar en condiones de bobinado normales, pero se estaba seguro de no solapar imágenes.
Al que vea las fotos laterales y trasera de la cámara no se le escapará que ésta dispone de dos mirillas rojas para el paso de foto, y posiblemente le surjan dos preguntas: ¿Para qué hacían falta las mirillas, si la Superb ya disponía de un contador de fotos? ¿Y por qué dos mirillas si la cámara no es de doble formato?
Pues bien. La mirilla era necesaria para colocar el primer negativo en el plano focal. Tras cargar el rollo fresco, se iba accionando la palanca hasta que el número 1 aparecía en la mirilla. A partir de ahí, en principio con estar atento al contador ya bastaba aunque nunca venía mal de todas maneras tener la mirilla de referencia para comprobar que todo estaba bien.
¿Por qué las dos mirillas? En 1933 Voigtländer ofrecía dos rollos diferentes para esta cámara; el B1 con el que realizar 6 exposiciones en formato 6x6cm y el B2 con el que se realizaban comunmente 8 tomas en formato 6x9cm. En ambos rollos el número 1 (y los siguientes números) aparecían a diferentes alturas y distancias, por lo que era necesaria una mirilla para cada una de las películas. Con la mirilla trasera se controlaba la película B1 y con la lateral (que dispone de protección extra al paso de la luz) se controlaba la película B2. Los canutos de ambas películas eran incompatibles así que había que andar con cuidado de no mezclar el vacío de un B1 con el lleno de un B2 y viceversa.
Con el tiempo se estandarizó el B2 (rollo análogo al 120 de Kodak) seguramente porque ofrecía muchas más tomas (hasta el doble en el caso 6x6cm) y se acabaron imprimiendo en su papel trasero la numeración para 6x9cm (8 fotos) y para 6x6cm (12 fotos), con lo que una de las ventanas (la de 6x6cm) carecía de sentido y de hecho algunos de los últimos ejemplares Superb carecen de ella.
La mirilla lateral para rollo B2 (6x9cm) incluye además una prozección adicional al paso de luz que se acciona girando un dial en forma de estrella de 4 picos situado justo encima.
Al colocar el rollo fresco y activar la palanca hasta que aparecer el "1" en la ventana correspondiente, el contador automático de fotos se movía igualmente. así que existe un botón para "resetear" dicho contador una vez está situado en la mirilla el primer número de referencia para empezar a sacar fotos.
Este botón viene protegido por una chapa metálica cromada para evitar su accionamiento accidental.
El capuchón del visor Reflex se dispone de 4 láminas metálicas que se despliegan automáticamente por medio de resortes al presionar un seguro. Este capuchón es imprescindible para poder apreciar lo mejor posible la imagen en el cristal translúcido, de modo semejante a como se emplea en cámaras plegables de placas.
El cristal de enfoque posee justo encima en una esquina un nivel de burbuja con el que equilibrar mejor las tomas (recomendable para fotos de arquitectura). Era un accesorio que incluían de modo similar las Rolleiflex Standard contemporáneas.
El visor incluye (como vendría a ser estandard también en cualquier TLR) una lupa abatible de 3 aumentos para afinar en el enfoque. El cristal de enfoque carece de retícula de encuadre (coom sí tendría la Rolleiflex Standard).
Como contado, sólo los últimos ejemplares Superb (3ra. variante) dispondría de un marco de encuadre "Sport" abatible en la parte frontal del capuchón. Mi ejemplar carece de esta opción al pertenecer a la 1ra. variante. Por ello, realizar fotografías de objetos en movimiento con esta Superb es una taréa casi imposible, teniendo en cuenta que la imagen obtenida en el enfoque está invertida de derecha a izquierda, por lo que seguir de esa manera (al revés) cualquier escena que no sea estática es algo realmente difícil de conseguir. El marco Sport no sirve para enfocar ni da un encuadre exacto de la fotografía, pero cuando menos sirve para seguir una escena en movimiento y saber (más o menos) a lo que se dispara.
En el interior de la lámina frontal (que mi ejemplar como dicho carece de marco sport) se localiza el número de serie de la cámara E235846, que la identifica como cámara producida en 1933 siguiendo este patrón - E:1933 / F:1934 / G:1935 / H:1936 / J:1937 / K:1938 / Sin letra:1939. Esta importante dato se lo debemos a Claus Prochnow, así como gran parte de las informaciones que os relato en este artículo, obtenidas de su magnífica obra "Voigtänder Report".
Por fuera del capuchón, delante dispone la cámara de un logotipo de Voigtländer y detrás de una tabla para el cálculo de profundidades de campo. Esta tabla mudará de sitio en la tercera variante, debido a la inserción de un agujero para su uso en combinación con el marco sport.
Encontramos igualmente otras indicaciones Vogtländer Superb en la cámara.
La base dispone de patas de apoyo y una rosca para trípode de 3/8".
Para cargar el rollo, se abren dos portezuelas lateralmente liberando un seguro trasero. Dentro vemos que la Superb incorpora una placa extra para forzar a la película al plano focal y mejorar así la calidad de las tomas. En la otra portezuela de algunas Superb de puede encontrar una referencia a la película a utilizar. Mi ejemplar carece de ellas.
Aunque no alcanzara la fama y el éxito de la Rolleiflex, no se puede negar que la Superb es una cámara TLR extraordinaria. Llevaba mucho tiempo tras de ella, después de que se me escapara (o yo la dejara escaparse) en un mercadillo polaco hace varios años. Por una historia algo complicada al final incluso he tenido 2, aunque la otra reside ahora en Tenerife.
Ahora que ya tengo (2) Rolleiflex, (2) Rolleicord, una Foth Flex y esta Voigtländer Superb, habrá que ir buscando otras TLRs preguerra imprescindibles, de hecho hace poco he logrado hacerme con una Welta Perfekta (6x6cm) y quizás algún día caiga la Superfekta (6x9cm). También he conseguido un ejemplar de la saga Zeiss Ikon Ikoflex (para una Contaflex de 35mm tendría casi que vender la cuarta parte de mi colección) y me en cantaría tener la francesa Ontoflex (6x9cm). Todas y cada una de ellas cámaras fascinantes que merecen que su historia sea contada en esta página web.
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Otras fuentes en internet:
- www.adamcostelloportfolio.com
- www.ukcamera.com
- www.tlr-cameras.com
- www.collection-appareils.fr
- www.storiadellafotografia.it
- www.earlyphotography.co.uk